
Por Aleksander Aguilar
Brasil sigue ganando peso económico en la escena mundial, tiene su propia agenda diplomática y comercial y pretende asumir el rol de vocero del G20. El canciller brasileño, Antonio Patriota, ya declaró que los ejes de la política exterior del país no deberán cambiar radicalmente en el nuevo gobierno, de la presidenta Dilma Roussef, también del PT.
Pero la Casa Blanca apuesta en un nuevo acercamiento a Brasil a través de Roussef debido también al presunto mayor pragmatismo de la presidenta. Hay temas que unen irremediablemente a Washington y Brasilia, como el interés por las energías renovables y es posible que Obama haga público su interés en las nuevas reservas del petróleo brasileño.
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