
Lo llamativo del dato no es eso, sino que las energías renovables son lo único que ha conseguido atrae las miradas y, por consiguiente, el dinero de los inversores. Y es que parece que por primera vez han visto la cara positiva al asunto de la ecología, probablemente del color verde que es propio de algo muy distinto: el dólar. Ganar dinero es la única razón por la cual un montón de gente se ha decidido a comprar energía renovable, sabedores de que en el futuro será la mejor alternativa ahora que la energía nuclear se encuentra en sus horas bajas, y no tiene pinta de ir a recuperarse pronto del fortísimo golpe que Fukushima ha supuesto.
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